julio 2, 2021

La pandemia de COVID-19 ha resultado devastadora para muchas personas. Uno de los grupos más vulnerables y más afectados ha sido el de las personas mayores y las personas que no pueden viajar a clínicas o eventos de vacunación masiva debido a varios factores limitantes como enfermedades o falta de movilidad. VNA garantiza que estas personas reciban de manera equitativa la atención que necesitan independientemente de sus circunstancias. Brindar servicios de vacunación y pruebas de COVID-19 dentro del hogar a través del área de Chicago es una de las maneras en las que VNA atiende a la población vulnerable. Al momento de éste artículo, VNA ha administrado 925 vacunas en el hogar y anticipa que éste número seguirá creciendo.

El siguiente artículo en el Aurora Beacon-News de Denise Crosby destaca la dedicación de VNA para vacunar a la comunidad a través de nuestra área de servicio, especialmente a aquellos con mayor riesgo de desigualdades de salud y a las personas que no pueden recibir atención en un centro de salud tradicional.

 

Columna: VNA proporciona un remedio casero para las inyecciones de COVID-19

Por Denise Crosby

13 de Mayo del 2021

Puede que no parezca que Edwin Biever y Pedro Roque tienen mucho en común,  ni siquiera hablan el mismo idioma, pero los dos hombres comparten una gran preocupación.

Ansiosos por vacunarse contra el COVID-19, su limitada movilidad ha dificultado esa tarea.

Hasta que VNA Health Care llamó a sus puertas.

Desde que la pandemia del coronavirus cambió nuestras vidas, ésta organización en constante expansión fundada hace 102 años en Aurora en respuesta a otra pandemia, ha proporcionado 31,000 pruebas de COVID-19; y ha administrado más de 33,000 dosis de la vacuna, principalmente a personas de bajos recursos en los condados de Kane, Will, DuPage y Kendall.

Y, después de trabajar a través de las pautas de los CDC que incluían cómo transportar los viales de Pfizer, Moderna y Johnson y Johnson, VNA llevó su programa a la carretera hace seis semanas, yendo a los hogares de aquellos que de otra manera no tendrían acceso a la vacuna.

Durante un par de horas el lunes, me invitaron a participar en algunas de estas visitas, donde fui testigo de primera mano de muchísima gratitud.

Roque, un bisabuelo de cinco con 88 años que habló a través de un intérprete, había estado esperando ansiosamente su vacuna contra el COVID-19 durante semanas. El expresó un alivio genuino cuando Heather Worst, enfermera titulada y gerente de servicios de cuidados paliativos y de salud en el hogar, le pinchó el brazo izquierdo mientras estaba sentado dentro de la casa en  Union Street que comparte con su nuera Juana y dos de esos bisnietos.

Debido a la diabetes y la artritis, Juana dice que es mucho más difícil para Pedro aventurarse a salir. Entonces, hace un año, VNA comenzó a realizar visitas domiciliarias cada tres meses para atender sus necesidades médicas. Y en éste día, después de recibir su vacuna, Worst habló con el paciente y su cuidador sobre cualquier inquietud adicional, incluso ayudó a programar una visita por un problema de podología.

A pocas millas de distancia, en un departamento de una habitación en Oak Street en North Aurora, Edwin Biever, de 78 años, tan platicador en contraste con la seriedad de Roque, también expresó su agradecimiento cuando Worst le aplico su segunda dosis de Pfizer.

Si bien Advocate Health Care es el principal proveedor del ejecutivo jubilado de McDonalds, Biever se desilusionó con el lanzamiento de la vacuna. Aun lidiando con las complicaciones de un derrame cerebral que sufrió en 2018, Biever dijo que es difícil para él permanecer de pie por mucho tiempo. Y el viaje a Elgin, donde Advocate administraba las vacunas, sin mencionar el estacionamiento y las posibles largas filas, se convirtieron en elementos desalentadores adicionales.

En cambio, Biever llamó a VNA, que conocía por las visitas domiciliarias a su difunto suegro, y estas citas se concertaron de inmediato.

Adaptarse rápidamente a las necesidades de los más vulnerables, dicen los funcionarios, es de lo que se trata VNA. Fundada en 1918, esta organización originalmente conocida como Aurora Child Welfare Clinic Association que comenzó con una enfermera y algunos médicos voluntarios, eventualmente se transformó en lo que ahora es VNA Health Care, un proveedor de servicio completo que tiene 16 ubicaciones en una región de cuatro condados dedicada a los más necesitados, independientemente de su seguro médico o de la capacidad de pago.

Según Chrissie Howorth, Vicepresidenta de Filantropía y Comunicaciones, el 63% de los pacientes de VNA son hispanos; 13% afroamericanos y 4% asiáticos. Otro conjunto de estadísticas reveladoras que señaló: 1.6 millones de adultos estadounidenses de 65 años o más pueden tener problemas para obtener la vacuna porque están confinados en casa; con un 51% enfrentando al menos una barrera adicional, como vivir solo o sin tecnología.

Incluso antes de comenzar este programa reciente, VNA ha estado en la línea de batalla durante ésta pandemia, dijo Howorth, administrando más de 31,000 pruebas de COVID y 38,000 dosis de la vacuna hasta ahora.

VNA se fundó con la filosofía de que “tiene que ser rápido y ágil” para satisfacer las necesidades cambiantes de aquellos a quienes sirven, señaló Sonny de Rama, Vicepresidente de Innovación y Desarrollo Comercial.

«Uno pensaría que una pandemia global cambiaría eso», agregó. “Pero realmente proporcionó un entorno en el que VNA siempre ha prosperado; averiguando cuáles son las necesidades y adaptándonos para satisfacerlas «.

Durante la pandemia, eso no solo incluyó un giro rápido hacia la telemedicina, sino que también significó mantenerse al día con las visitas en persona, los cuidados paliativos y la atención domiciliaria. VNA también proporcionó clínicas “desde su auto” para la diabetes y la presión arterial alta; y clínicas para “ponerse al día” para aquellos que habían pospuesto otras visitas debido a la pandemia, dijo Howorth.

Además, «nadie les dijo a los bebés que había una pandemia», agregó, refiriéndose a los 1,600 recién nacidos que VNA trajo al mundo el año pasado.

La organización, con sede en Highland Avenue, también tiene un trabajador social dedicado a eliminar barreras y conectar a las personas con los servicios, dijo Howorth. Y como receptora de un subsidio para trabajadores de la salud por la pandemia, VNA está en proceso de contratar a 48 nuevos empleados para ayudar a los residentes a navegar por los servicios.

Con 210,000 visitas de pacientes al año, 74,000 pacientes únicos, el desafío sigue siendo satisfacer la gran demanda de visitas domiciliarias. Y eso no solo aplica a los ancianos o aquellos incapacitados físicamente para salir de sus casas, dijo Howorth. Algunas personas pueden tener tres trabajos, por lo que es difícil programar una cita en el lugar. O podrían tener problemas de transporte o ansiedad social que afecte la movilidad.

Al final del día jueves, Worst y media docena de colegas habrán proporcionado 925 vacunas en el hogar. Pero vi que llevar esas vacunas no siempre es tan fácil como llamar a la puerta. Por ejemplo, esa segunda parada tomó más tiempo de lo esperado porque Biever vive en un gran complejo cerrado que hizo más complicado localizar e ingresar a su departamento.

Estos pequeños obstáculos son frecuentes, admitió Worst, quien tuvo que convencer a un gerente para que permitiera la entrada. «Pero al final, encontramos la manera de llegar a donde necesitamos estar».

Seis semanas después de iniciado el programa, la buena noticia es que la lista de espera para las vacunas en el hogar se ha vuelto «manejable», informa Howorth. Y quienes reciben las inyecciones realmente sienten un alivio, considerando el aislamiento y la ansiedad que han estado experimentando durante tanto tiempo. En muchos casos, vacunarse, agregó, «significa poder ver a la familia nuevamente».

Si bien Biever pudo reunirse con sus seres queridos en Pascua, estar completamente vacunado es darle una oportunidad a su vida social.

En un complejo de departamentos de este tamaño, la gente no siempre se queda mucho tiempo, me dijo. Un par de sus buenos amigos se mudaron a mediados del año pasado; y no poder siquiera sentarse afuera y charlar con otros ha obstaculizado esa capacidad de hacer nuevos amigos.

Por eso estaba más que listo «para hacer esto».